La Virgen de los Dolores de las Penas no pudo recibir el beso de sus hermanos y fieles en la víspera de la pasada Semana Santa debido al Covid-19. Tampoco se pudo llevar a cabo su triduo, ni poder admirarla sobre su paso de palio en la tarde del Lunes Santo por las calles de Sevilla.
Está expuesta a la veneración, colocada sobre una doble peana. La hermandad ha optado porque la talla esté abajo, luciendo el manto de salida, pieza atribuida a Patrocinio López y ataviada de salida por Antonio Bejarano.
FOTOGRAFÍAS DANIEL VALENCIA
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